miércoles, 20 de enero de 2016

ANUNCIEMOS!! Romanos 10, 14-15



Romanos 10, 14-15

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de paz, de los que anuncian el evangelio de las buenas nuevas!”

San Pablo Apóstol




Hoy en día el mundo, la sociedad se haya en un período nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, cambios que se extienden por todo el mundo. Todo esto provocado por el hombre con su inteligencia y su dinamismo creador; pero recaen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento para con las realidades y los hombres con quienes convive. El mundo nos absorbe a tal punto que terminamos pensando como el mundo quiere que pensemos, Tal es así esto, que se puede hablar de una verdadera metamorfosis social y cultural, que redunda también en la vida religiosa. Esta transformación trae consigo algunas dificultades.
 






Jamás el hombre tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y miseria y muchos son los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre un sentido tan agudo de su libertad, y así surgen nuevas formas de esclavitud social y psicológica. El mundo te muestra agudas tensiones políticas, sociales, económicas, raciales e ideológicas, y hasta el peligro de una guerra que amenaza con destruirlo todo. Ante todo esto llegamos a la conclusión que hombre ha dejado de lado a su Dios creador, se ha olvidado de Dios, actúa muchas veces siendo autosuficiente, esta sociedad no tiene referencia de un Dios vivo que puede estar en medio de nosotros.


Dios nos ha llamado a una misión muy importante transmitir un mensaje de esperanza y de salvación, somos los embajadores del Reino de Dios, responsables de llevar a Dios hasta el último rincón de esta sociedad. Tenemos que animarnos a cambiar esta sociedad tratando que cada una de las personas tenga una experiencia cercana con Dios. Y eso lo podemos lograr nosotros con nuestro testimonio de vida.





Pero Pablo nos advierte, que si no conocemos realmente a Cristo, que si no creemos en Cristo, en ese Cristo que cambio mi vida, sino experimento YO ese cambio, ¿cómo hare para dar a conocer lo que no conozco? 
Conocer a Cristo, es darse cuenta bien quien es El, es saber, sentir y experimentar sus sentimientos con todos los hombres, sin importar para nada su condición económica y social, ni de dónde viene, si es creyente o no, si es sano o enfermo, si esta errado en la identificación de su personalidad o si ha sabido asumir su condición como tal. Si para nosotros conocer a Cristo, es solo el estudio histórico de la vida de Jesús y nos sentimos satisfechos con este conocimiento, si nos dedicamos a leer los Evangelios, con el propósito de averiguar detalles, y nos sentimos felices solo con esto, aprender las tradiciones del pueblo judío y además de contentos por haber aprendido cronológicamente los sucesos, eso, no es querer conocer a Cristo para imitarlo, eso es trabajar en la historia. 


¿Queremos cambiar esta sociedad? resulta muy lindo decir dejemos esto en la manos de Señor. Si hablamos de Jesús, como el que soluciona todos los problemas que nos afectan y le dejamos la tarea a Él, y nosotros esperamos como espectadores que nos entregue la solución y nada hacemos para que así se haga, está 

claro, no hemos entendido lo que El espera de nosotros. Es decir, cuando veamos un pobre, no basta con decir “pobre hombre” y lamentarse por sus necesidades y no darle nada, porque eso es negarle también el pan a Cristo, pobre mi mamá, pobre mi papá que se desloman por traer el pan casa y yo ¿qué?

Para cambiar la sociedad tengo que imitar a Cristo, tengo que ser un hombre lleno de ánimo, con valor y fortaleza, teniendo en cuenta mis capacidades, pero multiplicando mis esfuerzos, movido, no quieto, dispuesto a caminar por donde sea necesario llevar un mensaje de salvación, creativo de obras buenas, participativo en mis ambientes, es decir, vivir la vida de Cristo, interior y exteriormente, hacer todo lo que El hizo y haría hoy. En mi lugar, con lo que soy, en mi profesión, dar testimonio de Esperanza y de a poco se va a ir transformando esta sociedad, a no bajar los brazos.
 



 















“¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de paz, de los que anuncian el evangelio de las buenas nuevas!”

Animo!!

Cristo cuenta Contigo!!



4 comentarios:

  1. Exelente reflexión 👍❤️🛐✝️

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  2. Amen que así se haga con nosotros eme aquí señor yo iré

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  3. Gracias xq cuando el sol me extresa le pido fuerzas al señor

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