“Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos”
Carta a los hebreos 1,1-2
Los profetas eran los hombres que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Los grandes hombres del Antiguo Testamento no eran los reyes o los sacerdotes, eran los profetas, porque siempre estaban llamando a la gente al arrepentimiento y revelando la voluntad de Dios para el hombre. De esta manera los profetas trataban de que el pueblo no se alejara de Dios. Pero no solamente los profetas estuvieron antes para anunciar la llegada del hijo de Dios. Los primeros cristianos no tenían la Biblia completa, y algunos de ellos no tuvieron acceso a ninguno de los libros del Nuevo Testamento. Los profetas del Nuevo Testamento hicieron esta tarea, después que Jesús subió a los cielos, proclamando el mensaje de Dios a las personas que no tenían acceso a éste de otro modo. El último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis, no fue completado sino hasta finales del primer siglo. Así que, el Señor envió a profetas a su pueblo para proclamar la Palabra de Dios.
Dios, hoy ya no necesita de los grandes profetas: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Moisés. Hoy te está llamando a vos, para que vos seas el que anuncie la buena noticia a todas las personas que te rodean, que anuncies con tu vida, dando un buen ejemplo a los demás, no tengas miedo, a veces creemos que somos tan poco, que no estamos preparados, que no vamos a saber qué hacer y qué decir.
Moisés decía: “¡Ay, Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua”. Éxodo 4:10-12
Jeremías también se resiste: “Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas; Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande” Jeremías 1:6-7.
Dios nos ha elegido para cosas grandes, jamás nos va a pedir más de lo que podemos dar, El sabe hasta dónde podemos llegar, no bajes los brazos y confía en Dios, porque seguro sufrirás persecuciones, se te reirán, se te burlaran y tendrás que ser fuerte, confía en Dios y no te olvides que la mejor manera de mantenerse cerca de Dios es atreves de la Eucaristía, Animo!! Que Dios escribe derecho en renglones torcidos.
“¿A quién enviare, y quien irá por nosotros? Entonces respondí yo:
“Heme aquí, envíame a mí”.
Isaías 6:8
“Cristo cuenta contigo”
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