
1 Tesalonicenses 1, 2-3
Fe, amor y esperanza, Pablo al igual que a los Corintios, vuelve a citar estas tres palabras, estas tres gracias cristianas.
Un científico muy destacado, uno de los hombres que tuvo mucho que ver con el diseño de la capa que protege del calor a las cápsulas espaciales cuando entran en la atmósfera terrestre, estaba conversando en cierta ocasión con un predicador y le dijo: "¿Ha notado usted alguna vez que el universo en el cual vivimos está dividido en una trinidad?" Y el predicador respondió: "No, ¿qué quiere decir con eso?" "Bueno, - le dijo - Usted y yo vivimos en un universo físico que está dividido en tiempo, espacio y materia". Y luego le preguntó al predicador: "¿Puede usted pensar de una cuarta cosa?" Y el predicador respondió que no podía pensar de una cuarta cosa. Pero, este científico no se detuvo allí y le dijo: ¿ha pensado alguna vez en que el tiempo está dividido en tres partes: pasado, presente y futuro? ¿Puede pensar en una cuarta parte?" Y la respuesta del predicador, otra vez fue negativa. Y entonces el científico continuó: "pues bien, el espacio está dividido en longitud, anchura y altura. La gente habla de una cuarta dimensión, pero se da la circunstancia de que no existe en este universo material.
Pablo realmente mencionó tres gracias de la vida cristiana. El pasado es la obra de la fe. El presente es un trabajo de amor. El futuro con Dios es una buena Esperanza. Estas son las reglas de la vida de todo cristiano. Fe, esperanza y amor son nombres abstractos que no podemos ver, parecen estar allá, muy alto, en la lejanía, pero nosotros estamos aquí en la tierra. ¿Cómo podemos pasar de la teoría a la práctica? ¿Cómo podemos hacer de ellas una realidad concreta, en vez de dejarlas como algo que no podemos ver?
Decía el apóstol Santiago: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras”.
A través de mis acciones yo muestro mi Fe, yo creo en Dios, ese Dios que me dio la vida, esta es la forma en que debo mostrar mi Fe en Dios. La Fe es la respuesta del alma a la Palabra de Dios, cuando respondemos a la palabra de Dios estamos mostrando que Dios existe, que es la fuente de todo, que todas nuestras acciones tienen que ser elevadas a Dios para gloria suya.
Pequeñas acciones: tender mi cama, ordenar mi cuarto, ayudar en la limpieza de mi casa, si mi casa, porque a pesar que muchas veces parece una pensión porque lo único que hacemos es ir a comer y a dormir, es mi casa y por lo tanto también tengo que ayudar y mantenerla. De esta manera demuestro mi Fe en el Padre del Cielo.
Todas mis acciones tienen que ir fundadas en el Amor. El amor a Dios se expresa en la obediencia. Podemos hablar muy bonito de Dios, podemos ser jovenes cristianos dedicados y consagrados a la vida de Dios. Pero si no cumplimos su voluntad de nada sirve. Amamos a Dios cuando escuchamos su voz y cumplimos con su palabra. Dice su mayor mandamiento: “Amaos los unos a los otros como yo los he amado”. Mi presente es hoy, aunque parezca tonto, es HOY, amor en la familia, amor en el trabajo, amor a los amigos, amor en cada cosa que haga, aun en las cosas que mas me cuestan, el amor tiene que doler sino no es amor, es la fuerza que nos acerca a Dios.

y por último, La vida se disfruta verdaderamente al servir al Dios vivo y verdadero, y al esperar a Su Hijo que vendrá desde el cielo. Esa es realmente una esperanza feliz para el día de hoy. Hay una gran cantidad de personas que depositan su esperanza en el hombre, pensando que el ser humano puede resolver todos sus problemas y traer paz y prosperidad al mundo; Dios sacó al hombre del paraíso porque era un pecador, y el hombre ha tratado de construir un paraíso desde entonces. Y ha elegido muchos caminos equivocados, Dios hace nuevas todas las cosas, Dios transforma, Dios revoluciona, Dios Cree en ti, te busca, te mira, te sana, te salva, es tu mejor amigo, si lo sigues a El te vas a dar cuenta que todo es posible, que con Cristo si se puede. Animo!!
Cristo cuenta Contigo!!
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