Carta a tito 2, 11-12
“Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad,…”
San Pablo Apóstol
En estos últimos meses en donde comencé con esta loca idea de escribir me fui dando cuenta de muchas cosas, toda mi vida crecí con el pensamiento de Amar a Dios y a mis hermanos, y ocupe mi tiempo en acercarme a Dios a través de la oración, de la misa, una que otra novena, procesión del milagro, siendo bueno y solidario con mis hermanos, obvio no lo voy a cambiar porque lo necesito y porque está bien, pero me surgió otra idea mucho más fuerte.
Lo fundamental Cristiano es que DIOS ME AMA, pero lo mas importante es DEJARSE AMAR, de mi obligación de amar a sentirme amado, y esto pasa por una cuestión de valoración, no de que valor te das sino cuanto vales para Dios, ya seguramente habrás escuchado muchas veces cuanto te ama Dios a pesar de los defectos que tienes, a pesar de las innumerables veces que le has fallado, que le has dado vuelta la cara y lo has ignorado. Para Dios tienes un valor inmenso, entender que tienes que buscar afanosamente a Dios y tratar de comunicarte con él, entender que es él quien te busca y se manifiesta en todo lo que te rodea y que confía en vos como cooperador de su obra.
Dejarse amar es descubrir a Dios en todos lados y momentos, en la naturaleza, en tus padres, en tus hijos, en los momentos difíciles y en los de mucha alegría. Quien está convencido de este amor no sufre porque sabe de la ternura, de la delicadeza y de la paciencia con el que el Padre me cuida. Quien está convencido de ese amor huye de sus miedos, enfermedad, desprestigio, miedo a lo económico, al dolor, a la soledad y va hacia sus aspiraciones, familia, salud, respeto, estudio, profesión, etc. siempre en comunidad. Quien se siente amado, Ve la vida con los ojos de Dios, Se reconoce persona, no personaje, Con capacidad de asombro para entender que el sol sale todos los días de manera distinta, Libre porque vive en la verdad. Entonces ¿por qué odiar, tener rencores, envidias que enferman el cuerpo?
La gracia es permitirle a Dios que te ame, que tome el control de tu vida, la Gracia es un Don, un regalo, es Dios mismo en mi vida. Es Cristo que tomó mi humanidad, mi carne para que yo tenga y me acerque a la divinidad. Vivir la Gracia es saber conscientemente que Dios es uno mismo, que soy un Cristo por mandato divino. Es reconocer que soy hijo de Dios, hermano de Cristo por la carne y por la Gracia y templo del Espíritu Santo. Por lo tanto consagro y santifico las cosas del mundo que el Señor puso a mi lado, es comprender que debo vivir en comunión, que no puedo guardar la Gracia para mi solo sino hacerla circular. Si me siento amado por Dios, lucharé por vivir y compartir la Gracia y mi FE.
La gracia es tener a Dios en la oficina, en la obra, en medio de la fila del banco, en la parada de colectivo, en la cancha de futbol, en la pileta, en la limpieza de la casa, en el auto, en el cansancio, en las deudas de cada mes, en las lágrimas secadas, en las sonrisas de la mañana, en el consultorio, Dios cabe ahí y en muchos lugares más. Dejémonos amar por Dios, él nos llevara por lugares inimaginables. Animo!!
Vivir en gracia si es vivir!!
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