“Pero
ahora es necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y
las conversaciones groseras.
Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador”.
Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador”.
Col
3, 8-10
El pecado ha endurecido el corazón de los hombres, nos ha dejado ciegos sin poder ver la majestuosidad del Amor de Dios. Nuestras mentes se han olvidado de la presencia de Dios. Dominados por el pecado se ha perdido vergüenza, la decencia, se ha perdido la conciencia, por ejemplo: la droga, al principio se toma a escondidas después ya no interesa hacerlo en cualquier lugar y ante quien sea. El alcohol, puede esclavizarte pero se ha perdido la vergüenza y no importa que nos vean bebiendo o borrachos. El sexo, una persona puede dar riendas sueltas a sus más bajos instintos y sin interesarle quien y donde lo vean. Es un deseo ilegal de querer lo que le pertenece a otro o el deseo irresistible de tener lo que no tenemos, derecho a tener, todo movidos por nuestro Egoísmo.
Cosas que nos hacen vivir una vida sin Cristo, vivir
una vida sin interesar a quien perjudicamos, lo primero es satisfacer mis
deseos, mis placeres. Estas son las cosas que podemos ver en este mundo sin
Cristo.
Pablo nos exhorta a que todo cristiano rompa
definitivamente con esta clase de vida, que nos vistamos de un hombre nuevo,
que cambiemos nuestra manera de pensar, de vivir, que dejemos atrás de una vez
por todas al hombre viejo que parece estar al acecho.
Dios nos ha perdonado por el inmenso Amor que nos
tiene, ejemplo que tenemos que seguir, PERDONAR,
cuántas familias destruidas por la falta de este gesto. Jesús nos enseñó que si
le pedimos perdón a Dios también debemos perdonar a nuestros hermanos, es
difícil pero vale la pena. Aprovechemos este tiempo para reflexionar y
prepararnos a recibir al niño Jesús. Si estas alejado de alguien, acércate; si
a tu hermano no hablas, háblale; si has decepcionado a alguien pide perdón; si
has bajado los brazos en el estudio, animo falta poco para descansar; si tu
trabajo es motivo de ira, cálmate!! Ofrécelo a Dios, muchos quisieran hoy estar
en tu lugar. Pero por sobre todo aprovecha este tiempo para nacer de nuevo junto con el niño de
Belén.
Nacer de nuevo es elegir a Cristo cada día de tu vida. Animo!!
Cristo amigo, sana y salva!!
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