Gustavo A. Plaza: LLAMADOS Y ELEGIDOS!! 2 Tesalonicenses 1,11

“Con este fin oramos siempre por vosotros, pidiendo a nuestro Dios que os tenga por dignos de haber sido llamados por él, y que cumpla con su poder todos vuestros buenos deseos y los trabajos que realizáis impulsados por la fe. De esta manera el nombre de nuestro señor Jesús será honrado por vuestra causa, y él os honrará conforme a la bondad de nuestro Dios y del señor Jesucristo. Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos que no cambiéis fácilmente de manera de pensar ni os dejéis asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que recibáis, como si fuera nuestra, diciendo que el día del Señor ya ha llegado”.

Palabra de Dios

Estando en Tesalónica, ciudad importante y capital de Macedonia y después de ser rechazado por los judíos, Pablo, dirige su predicación a los paganos, logrando formar una comunidad. Apenas transcurrido tres meses, un motín originado por los judíos, obliga a Pablo a alejarse de la comunidad. ¿Qué va a suceder con estos recién convertidos a los que apenas enseño las bases de la vida cristiana?

Pablo, muy preocupado, envía a Timoteo para que vea y trate de fortalecer esa Iglesia. Timoteo vuelve optimista y Pablo tranquilizado manda desde Corinto estas dos cartas.

Hemos sido llamados por Dios, “Son muchos los llamados, pocos los elegidos” Esta frase fue utilizada por Cristo para concluir la parábola del hombre que fue invitado a una boda pero no estaba vestido apropiadamente (Mateo 22:11-14). La lección es que toda persona llamada por Dios tiene la responsabilidad de responder a ese llamado haciendo cambios en su vida espiritual.

El llamado proviene de Dios, y Él es el único que puede llamar, invitar a alguien. Cristo mismo lo confirma en Juan 6:44 diciendo que “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el ultimo día”. Su llamado nos libra de la confusión y las falsas enseñanzas que abundan en el mundo y nos lleva a la luz de su verdad.

Sin embargo, ser llamado no es suficiente para ser santo, debemos responder al llamado, debemos responder a la invitación de Dios. Para ser elegidos, no sólo debemos aceptar el llamado y estar agradecidos con él, sino también debemos hacer algo para servir a Dios y su Hijo. Como zaqueo estar preparados para cuando Dios nos llame y quiera comer con nosotros en nuestra casa.

Ser “elegido” requiere de una decisión personal; depende de cada uno aceptar el llamado de Dios y actuar en consecuencia de él. En otras palabras, Pablo está diciendo que el proceso consta de dos partes: Dios llama y elige a las personas, pero somos nosotros los que debemos permanecer firmes en lo que se nos ha enseñado por medio de la Palabra de Dios.

Entonces, no basta con aceptar el maravilloso llamado de Dios y luego seguir viviendo como nos parezca. Porque ser elegidos implica ser obedientes a Dios. Dios desea que nuestra mente pueda comprender su verdad y quiere que permanezcamos fieles después de recibir su llamado para que lleguemos a ser sus elegidos, su pueblo elegido. Es cierto que seguir a Dios en medio de esta sociedad no es tarea fácil, pero hay esperanza. Un amigo, el pelao, decía: no es suficiente involucrarse en esta sociedad dando únicamente lo que nos sobra, sino COMPROMETERSE, es decir dar la vida. Y dar la vida significa: aprender a decir NO, no a la droga en mi vida, no al alcohol, no a la violencia, no a la comodidad, no al facilismo. Dar la vida es también detenerse en el camino para ayudar al anciano, dar la vida es detenerse para escuchar a nuestros padres, dar la vida es ponerse al servicio de los demás.