miércoles, 9 de diciembre de 2015

BUSCANDOTE!! Jn 1, 35-39



“Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos.  Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: “Ese es el Cordero de Dios”.  Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús.

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Le contestaron: "Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde te quedas?",  Jesús les dijo: "Vengan y lo verán." Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde”.



Jn 1, 35-39


Los primeros discípulos que Jesús llamo fueron Juan y Andrés, los dos eran discípulos de Juan el Bautista, aquella tarde que decidieron seguir a Jesús fue una tarde que jamás pudieron olvidar porque ese encuentro con Jesús cambio sus vidas para siempre.  


Juan era hijo de Zebedeo su padre y Salome su madre y hermano de Santiago el mayor, nació en betsaida, ciudad de galilea. Juan fue el discípulo más cercano a Jesús, el discípulo al que más amaba. Al principio juan y su hermano Santiago acudían a las enseñanzas de Jesús y volvían a sus quehaceres pero un día al ser testigos de unos de sus Milagros, la pesca milagrosa, decidió dejarlo todo y seguirlo. Realmente amaba al Señor y dedico toda su vida a proclamar el amor de Dios.
A juan y a Santiago, Jesús, los apodaba “hijos del trueno” por ser tan vanidosos y de mal genio, más tarde recibirían el Espíritu santo y se volverían humildes y sumamente amables y bondadosos. En la Última Cena tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón de Cristo. Fue el único de los apóstoles que estuvo presente en el Calvario al morir Jesús. Y recibió de Él en sus últimos momentos el más precioso de los regalos. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a su Madre, María Santísima, como si fuera su propia madre, diciéndole: "He ahí a tu madre". Y diciendo a María: "He ahí a tu hijo".
Después de la asunción de María, volvió a Éfeso donde escribió el Evangelio según San Juan, que es el libro que lo ha hecho tan famoso. Este libro tiene un estilo elevadísimo e impresionantemente hermoso. Agrada mucho a las almas místicas, y ha convertido a muchísimos con su lectura. Dice San Jerónimo que cuando San Juan era ya muy anciano se hacía llevar a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era esto: "hermanos, ámense los unos a otros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre lo mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura".




Andrés nació en betsaida población de Galilea, era hijo del pescador Jonás. Era hermano de Simón Pedro, Andrés tuvo el honor de ser el primer discípulo que tuvo Jesús. Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús. Así le consiguió a Cristo un formidable amigo, el gran San Pedro. Cuando Jesús volvió a Galilea, encontró a Andrés y a Simón remendando sus redes y les dijo: "Vengan y me siguen", y ellos dejando a sus familias y a sus negocios y a sus redes, se fueron definitivamente con Jesús. Después de la pesca milagrosa, Cristo les dijo: "De ahora en adelante serán pescadores de almas".
Un escrito que data del siglo III, el "Fragmento de Muratori" dice: "Al apóstol San Juan le aconsejaban que escribiera el Cuarto Evangelio. Él dudaba, pero le consultó al apóstol San Andrés, el cual le dijo: ‘Debe escribirlo. Y que los hermanos revisen lo que escriba’".
Una tradición muy antigua cuenta que el apóstol Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Que lo amarraron a una cruz en forma de X y que allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban. Dicen que cuando vio que le llevaban la cruz para martirizarlo, exclamó: "Yo te venero oh cruz santa que me recuerdas la cruz donde murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo".
La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio cruel de Nerón.


Qué bueno fue leer todo esto, mucho retiros pasaron por mi mente, Jesús fue el único maestro, al contrario de otros de su época que se los elegía para aprender a vivir, Jesús fue el que se distinguió del resto porque él te ELIGE, Él te eligió, para que muchas cosas pasaran en tu vida.

Muchos todavía siguen en la búsqueda esperando encontrar en el mundo un motivo para ser felices, hoy al igual que estos discípulos estamos en la búsqueda, búsqueda que nos lleva por muchos caminos equivocados aun sabiendo que el único camino es Jesús, lo vemos pasar a lo lejos y no nos animamos a hablarle, pero el se da vuelta, nos mira a los ojos y nos hace la misma pregunta “¿QUE BUSCAN?” “¿a mi me buscan?” pero a pesar de nuestro “SI” temeroso, con muchas dudas y motivos, el Señor nos desafía “Vengan a ver”.






“Vengan a ver” es la gran invitación de Jesús. Significa ser semejantes a Él, aprender, aceptar sus condiciones y experimentar el poder de su Amor. Nos desafía a profundizar nuestro compromiso y continuar un proceso de fe. No siempre buscamos a Jesús por motivos desinteresados pero Jesús nos quiere llevar más allá. Es camino e invitación. Es crecer en los valores de la vida, con nuestro prójimo, permanecer en sus enseñanzas y unirnos a su misión. Jesús nos desafía a ver donde se hospeda. Ellos le siguieron y “se quedaron con El”. Estar en el seguimiento de Jesús es un proceso que comienza y nunca acaba. Jesús nos invita a caminar juntos. Su propósito es hacernos crecer y madurar. La invitación de Jesús es seguir para poder ver, y no ver para poder seguir. Implica creer y seguir creyendo. Aprovechemos este tiempo de preparación a la navidad y hagamos lugar en nuestra posada para que El llegue y se aloje en nuestras vidas.
  Animo!!


“Cristo revoluciona mi vida”



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